El calendario dice que hace 15 días que nos dejaste. No me
lo creo. Para mí han pasado mil. La cruz de tu tumba dice “Descanse en paz”. Tampoco me lo
creo. Te imagino “en paz” pero no descansando. No te vi hacerlo jamás. Has
luchado cada segundo desde que llegué y puedo intuir que desde que naciste.
Echo de menos ir a verte, a llevarte algo calentito, a salir
a tomar el aire en la silla de ruedas, o tender tu ropa una y otra vez porque
la lluvia no dejaba que se secará, te acuerdas?
Echo de menos tu fuerza porque yo no la tengo.
Me gusta imaginarte yendo al cole con tus hermanos, como tú
querías, con dos piernas fuertes y sanas y una mochila preciosa a la espalda.
Has sido un gran ejemplo Cedrick. De fortaleza, lucha y ganas
de vivir. No te rendiste ni en tu último día, cuando sólo ponerte la mano en la
cabeza te dolía, no quiero imaginar cómo te dolería el resto del cuerpo.
El día que nos volvamos a encontrar, te daré el cinturón que
no me dio tiempo a darte y que tanto querías.
Y mientras yo tengo el privilegio de brindarte y desearte
buen viaje con una Primus bien fría y un pokito
de rocanrol a tó trapo… me pregunto cómo estarán esas madres que deben
continuar con sus trabajos, sin descanso, tras perder un hijo, sin tiempo para
el desahogo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario